Área paisajística junto al nacimiento del Tajo, Teruel. Concurso 1er Premio
Montes Universales: 1700 metros de altitud. Nieve permanente cuatro meses al año que dificulta su uso, en un área aislada y sin control alejada del núcleo urbano (Albarracín).
Se trata de organizar un área turística donde hoy solo hay una estatua grandilocuente del "Padre Tajo" que señala el nacimiento del río. Y se solicitan como programa áreas de descanso, área del agua y de la madera,aparcamiento y un edificio de servicios.
El proyecto debe entenderse como una primera estación paisajística que continuará con las construcción de otras en los próximos años desde Albarracín hasta Lisboa. La primera decisión, además de quitar la estatua, es alargar la actual estancia de “cinco minutos y foto en el nacimiento" por una de jornada completa destinada al ocio. Para ello, se proponen un conjunto de actividades (invierno y verano) que activen el lugar de forma que conviva lo deportivo, lo cultural y lo lúdico, diversificando el tipo actual de usuario. El proyecto se resuelve con construcciones semiabiertas de bajo mantenimiento, con posibilidad de cierre cuando el lugar (en unos años) se controle, y energéticamente autosuficientes (es implanteable llevar acometidas). Un segundo orden de pequeños divertimentos o follies (submarino encallado, casita variable, laberinto acuático) y la señalética completan el conjunto.
En el área del agua se aplica una "homotecia geográfica" que barre los 911 kilómetros del río Tajo en un recorrido de 911
metros, a lo largo del cual se construyen una serie de interpretadores o "traductores del paisaje". Cada uno trabaja con una condición paisajística distinta —viento, agua y nieve, geología, residuos fluviales y temperatura—, haciéndola visible.
Exteriormente, trabajan sometidas a las condiciones locales pero interiormente explican las condiciones globales del Tajo entendido así como entidad geográfica completa.
Todas ellas están construidas con pieles “sensibles” que vibran (para mostrar la variabilidad del lugar), se mueven según la dirección, intensidad y velocidad de los agentes atmosféricos, y revelan paisajes invisibles como el geológico y el productivo residual. Así, los agentes como la temperatura o la humedad pasan a ser materiales de construcción. El flujo de información recibido construye el pabellón-artefacto y modifica constantemente su aspecto, densidad o textura; y la información como material constructivo altera la forma y nuestra percepción. Son arquitecturas conformadas por lo variable. Trabajan en tiempo real y permiten una percepción personal e instantánea. Recogen los rastros y, por tanto, lo inmaterial de lo que construye este lugar. Lo efímero se convierte así en un valor, como revelación del momento en el que cada uno vive ese paisaje. Se trata de atrapar el instante y entender lo continuo del lugar como un sumatorio de instantes registrados. El tiempo aquí es un aliado del proyecto.
Montes Universales, Teruel. Concurso-Proyecto: 2006-2008. Promotor: Comarca de Albarracíny Confederación Hidrográfica del Tajo. Arquitecto: Ángel Verdasco. Colaboradores: Berta González y Jaime López, estudiantes. Superficie de actuación: 15,3 Ha. Superficie construida: 1200 m2. Presupuesto: 1.502.530 euros.